
Salimos a la 6 de la mañana de la casa de lucho y con la gran sorpresa que a ultimo momento se incluía un nuevo sujeto a este dream team.
Nada más y nada menos que el hombre planilla (TROMPYFIVE), y que desde ya su llegada sorprendió a varios integrantes de grupo selecto, pero por su supuesta experiencia merecía ser puesto a prueba en nuestra cancha.
Algunos integrantes comentaron al pasar que podía ser un tapado o un payaso, pero había que comprobarlo.
A las siete de la mañana salimos del yacht club de quilmes en busca del preciado pescado. Ya Trompi había gastado $100 mangos en líneas y todavía no había tirado la caña.
Las primeras horas transcurrieron sin ninguna complicación, mas que el frío que hacia en el río que congelaba las tripas, y la típica batalla interna que se genera en el grupo por ver quien obtiene la mayor cantidad de piezas o el tamaño mas grande.

Con la llegada del mediodía, luego de algunas horas de pesca, decidimos sacar nuestras loncheras para almorzar.Trompi muy amablemente ofreció sanguches de milanga, ya que su mujer le había hecho por decenas para todo el Dreamteam.
Hugo y Maty fueron los primeros en comerlas, cuando en el segundo Tarascon, el señor Papilli se acerca al oído de Bertoldi y le susurra con cara picaresca “son sanguches de adoquín”, a lo que Maty corrigió diciéndole que para el eran de una capa de hormigón con una supuesta mayonesa que estaba compuesta por brea asfáltica (O sea lo mas asimilable al actual estado de la cancha de Arenales 650).
Con el transcurso del día las Milongas de de las Señora Trompifive , a eso de las tres de latarde surtieron efecto, luego que Trompi enredara la línea de su caña con la de Lucho (proceso muy tedioso para desenredar) el estomago de trompi eclosionó y en una repetida y seguidilla de arcadas,

Cayendo el sol, el guía decidió reanudar la partida arrastrando con la vuelta el sueño del hombre planilla de convertirse en un gran pescador.
Cabizbajo y con vos entrecortada nos confeso que abandonaría esta practica y regresaría a su verdadera vocación, a sus queridas planillas.